Apuntes de la categoría: Atisbos

Box

Fecha: 1 de diciembre de 2017 Categoría: Atisbos Comentarios: 0

Detesto esas peleas circenses. Los buenos combates son aquellos donde no puedes perder, pues bajo el ring te espera la desgracia. Las peleas del todo por el todo, con odio y pasión. En contraste, no se puede odiar a quien te hará ganar millones de dólares, así que no lo golpeas: lo «sensacionalizas»‬

La noche del Shinigami

Fecha: 1 de diciembre de 2017 Categoría: Atisbos Comentarios: 0

Ayer por la noche, con un fiero ataque de gripa y un persistente dolor de garganta, recibí la visita de un shinigami. Creo que era Ryuk en persona, pero no estoy seguro. Quizás fue la temperatura que no bajó ni con un baño de agua fría (sólo me dejó una molesta tos) El caso es que el citado ser me quiso obsequiar una libreta de muerte, una Death Note pues, preguntándome si ya conocía el procedimiento. Le dije que si, desde hace años, pues soy asiduo al manga y al anime, pero que no necesitaba la libreta. Le confesé que en realidad no odio a nadie tanto como para desear su muerte, gracias a Dios, y si fuera el caso no requeriría sicarios paranormales, pues me encargaría personalmente del asunto. Me miró con sorpresa y dijo que yo era muy aburrido. Después se fue, haciendo revolotear la cortina de la ventana, mientras yo seguía intentando dormir. Quise creer que se fue decepcionado, pero sin rencores y con esa idea me adormilé lo suficiente. Un par de horas más tarde desperté sudoroso y busqué la citada libreta, sospechando que de cualquier manera el supuesto Ryuk la hubiera dejado, pero nada. Solo estaba por allí una Death Note artificial que compré en alguna feria del cómic, de las cuales soy afecto, pero seguía guardada en el celofán original. Nada. El shinigami se fue y yo seguí con mis dolencias. Espero no arrepentirme con los meses o los años. Nunca se sabe… Siempre sale alguien que pide a gritos estar en una lista de pendientes.

Destino y desatino

Fecha: 1 de diciembre de 2017 Categoría: Atisbos Comentarios: 0

Es tan bonito ver llover y no mojarse. El problema es que casi siempre termino empapado. Debe ser algo del temperamento. Me desespera estar en una posición pasiva y me arrojo al charco de los acontecimientos. A veces me gustaría estar cómodamente sentado, disfrutando la perspectiva, analizando los pormenores y apostando por un desenlace, pero vuelvo a mirar y de repente ya no estoy afuera sino adentro, en medio de ese lugar donde las cosas suceden y escurriendo agua por todos lados. En fin, eso de la vida contemplativa no va conmigo.

Entre sismos y calcetines

Fecha: 1 de diciembre de 2017 Categoría: Atisbos Comentarios: 0

Hace algunos años, en una fugaz visita a Comitán, adquirí unos calcetines color rojo que uso muy poco. Si, no es un color que combine con facilidad, pero los calcetines se veían bien con un pantalón crema y unos zapatos de un café muy suave que tenía por esa época. Los calcetines siguen conmigo y me los pongo alguna que otra vez. Un día, por casualidad, me di cuenta que al ponérmelos se registró un movimiento telúrico en Chiapas. Leí en el periódico sobre el caso mientras miraba mis calcetines, intentando descifrar si combinaban con la ropa que traía. Meses después me los puse de nuevo y por casualidad volví a enterarme de otro zangoloteo menor frente a la costa chiapaneca. Con el tiempo me puse a registrar esas aparentes casualidades. Las coincidencias eran asombrosas: en todos los casos en que me ponía esos calcetines se producía un movimiento entre los 4 y los 4.5 grados de magnitud cerca de costa, a una profundidad de unos 60 metros. Con el tiempo me volví aficionado al asunto y organicé un exhaustivo seguimiento de las ocasiones en que me ponía los citados calcetines, lo que generaba con exactitud un sismo similar frente a la costa chiapaneca. Debo señalar que sólo ocurre este fenómeno con sismos de la intensidad señalada, así que ninguna relación tienen con los devastadores o más perceptibles. Es decir, mis calcetines no generan daños mayores y son escasas las personas que podrían percibir sus efectos. Son calcetines de efecto moderado, podría decirse. De cualquier manera me parece una maravilla contar con esta analogía, que creo puede llevar a una completa revolución de nuestras certidumbres científicas. Tengo el registro puntual y estoy dispuesto a entregar mis calcetines a los investigadores para someterlos a una investigación exhaustiva. Quizás cuando eso ocurra se ponga en marcha una campaña para localizar otras prendas relacionadas con los sismos de Mexico y el mundo. Aventurando una hipótesis, es posible que sismos peligrosos estén relacionados con alguna coqueta prenda interior que alguien usa de vez en cuando. De localizar esas prendas podríamos anticiparnos con más precisión a los sismos o incluso impedirlos para siempre. Quizás la gran revolución de la protección civil este colgada de nuestro armario en este momento.

La música del bar

Fecha: 1 de diciembre de 2017 Categoría: Atisbos Comentarios: 0

Deambulaba. De un bar brotó una canción extraña. Alguien rasguñaba una guitarra desde un rincón oscuro y entonaba mi historia. No omitía detalles: los instantes de furia y de peligro, las palabras perdidas, las desilusiones acumuladas, los momentos de vacilación, las malas personas que me rodearon más de una vez. Quise interrumpirlo, decirle que no tenía derecho, que sus historias son las mías, pero en el último instante me contuve. Me dio miedo ver su rostro y descubrir el mío. «Si, quizás soy yo el que canta «. Seguí escuchando, pero luego recordé que no sé cantar y menos tocar la guitarra. Entonces me decidí a interrumpirlo. Fue cuando desperté. Ya no escucharé Killing me softly. Prometido.