Algunos puentes deben ser cruzados, otros derruidos, otros evitados. Unos más sólo están allí para ser contemplados…
Algunos puentes se cruzan con placer, tanto que incitan a repetir la experiencia. Otros sólo una vez y habrá que evitarlos después.
Algunos lastiman al cruzarse o marean en sus alturas, pero son inevitables. Están allí siempre, entre lo que ocurre y lo que será.
Unos más son absurdos. Están allí por capricho o vanidad. Puentes desalmados, sin propósito ni utilidad…

