La agresividad es en realidad un escudo que revela miedos profundos
La agresividad es en realidad un escudo que revela miedos profundos
Los tontos creen que la risa es burla contra ellos.
Cuando se quiere silenciar algo desde el poder lo más torpe es eso: intentar silenciarlo.
Aquello que se quiere silenciar termina reproduciéndose más de lo esperado.
La censura es en realidad un megáfono.
Algunas personas, hoy como ayer, dicen algo a medias, sin mucha reflexión y cuando se les interroga al respecto se muestran irónicos, a media sonrisa, como si fuera el otro el que no entiende sus sesudos pensamientos o su profundo conocimiento de algún tema.
Esos personajes simulan que lo dicho está claro en su mente, pero no logran explicar lo que dicen o quieren dar a entender, como si se refugiaran en una actitud suficiente o sabionda para enmascarar su propio desconocimiento de las cosas.
En realidad temen dar explicaciones porque los demás se darían cuenta que guardan enredos en su cabeza, no certezas.
En suma, se sienten como oráculos, dando explicaciones a medias, atando frases sin sentido y soltando palabras inconexas esperando que alguna de ellas, más por suerte que por habilidad, pueda dar en el blanco.
Todo se dilapida, día con día y sin embargo las cosas siguen como son desde el inicio.