Apuntes de la categoría: Eso que brota

La máscara y la piel

Fecha: 22 de noviembre de 2018 Categoría: Eso que brota Comentarios: 0

Esconder las garras al llegar al lecho.
Despojarse de los atavíos de guerra, de las obsesiones del día, de las pasiones que rayan en el extravío.
Saber reconciliarse con lo humano.
De otra forma la bestia se queda y después se siente parte de nosotros, como si en lugar de máscara fuera piel.

Recordemos a Nietzsche:

Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti.

Aforismo 146, Más allá del bien y del mal.

Tarde de viento

Fecha: 4 de noviembre de 2018 Categoría: Eso que brota Comentarios: 0
Ayer sopló el viento tan fuerte, que en lugar de sostenerse el sombrero todos se aferraron a su cabeza.
 
Fue tal que no sólo las palabras: hasta las mismas ideas volaron con las ráfagas,
 
Se dice, incluso, que más de alguno perdió su alma, desgajada del cuerpo que luchaba por sostenerse.
 
También los hubo previsores, que amarraron al abuelo que reposaba en el patio y lo dejaron dormir tranquilo, mientras se mecía como papalote.
 
A mi no me fue tan mal, con excepción de que en el instante del ventarrón quise dar un beso y mis labios salieron disparados.
 
Ya regresarán algún día, cuando se cansen de dar vueltas por allí.
 
Regresarán partidos y resecos, lo sé, pero los perdonaré y volveré a ponérmelos, hasta que vuelvan a estar húmedos y turgentes por tantas ganas.

Casi Ítaca

Fecha: 4 de noviembre de 2018 Categoría: Eso que brota Comentarios: 0

Eres un puerto remoto.
Debo bregar si quiero alcanzarte.
Apenas se insinúan tus luces,
aletean las gaviotas
y pienso, esperanzado,
que estás al alcance,
pero sigues tan lejos.
Me miras desde allá, quizás,
y apenas soy la sombra de un velero,
un punto entre la nada.

Ella no teme

Fecha: 26 de octubre de 2018 Categoría: Eso que brota Comentarios: 0

Ella no teme, aunque podría.

Quizás por guardar la vida,

la suya y la que ya no está,

prolongadas en semilla de posteridad,

bulbo, botón, posibilidad.

Esa vida triple:

la que es, la que fue y la que será.

Lo hace con la certeza de un destino,

como si tantas vueltas,

de “aquí hacia allá”,

de lo que amó y dejó de amar,

de lo que pudo ser y no fue,

se resolvieran en el “aquí está”.

Ella lo sabe, sin padecerlo…

Sólo lo vive,

acumulando energías para lo que vendrá.

Y logra hacerlo

―portento reservado a unas cuantas―

sin perder esa sonrisa de niña,

como si cada sinsabor fuera deleite,

cada amargura confitura.

Sabe que la vida es breve,

que como llega se va,

más no le preocupa,

sabe también lo que es eternidad.

Y sigue sonriendo

como esa niña

que quiere besar, reír, vivir, recordar…

Pero también olvidar.

Mirándola mirar…

Fecha: 8 de septiembre de 2018 Categoría: Eso que brota Comentarios: 0

Sus ojos miran sin mirarme

y adivino en ellos añoranza disfrazada de alegría

como si aprisionara un secreto que los párpados asfixian

encerrado en un cofre de sonrisas perdidas,

atrapado en el velo rugoso de una luz que lastima.

 

Quizás no distingan eso quienes la miran mirando

(insensatos)

No saben mirarla ni descifran mirar sus ojos mirando

solo atinan a verla

no saben siquiera palparla,

ven sin mirar,

dudan hasta de lo que miran

sin comprender su mirada.

 

Mientras tanto yo

(es un extraño don, lo admito)

puedo palparla de lejos aún sin ella mirarme.

 

Es que perdió algo y sigue mirando de lejos.

Le hicieron daño quizás,

la rasgaron al tocarla,

(o tal vez)

olvidaron cubrirle los ojos

para cuidar su mirada.

 

Quizás perdió le fe en su mirar,

mirando con fijeza algo que se disipó al aprehenderlo,

quiso tocarlo y se fue,

supo muy tarde que algunas cosas eluden los párpados

y escurren entre las pestañas,

que no se dejan tocar ni con la mirada.

 

Nadie le dijo el secreto:

que la mirada engaña,

que ver no es creer,

que ver es dudar,

que se debe tocar pues la mirada miente

(Eso lo sabe todo escultor:

por eso duda de lo que ve y prefiere moldear a ciegas)

 

Mientras tanto la sigo mirando

aún sin ella mirarme

intentando decir que a su mirada

le falta que yo la mire mirándome.

 

Le digo también,

con solo mirarla,

que no puede engañarme…

Que su mirada es artimaña,

antifaz

venda

Que su mirada no es plena

¿La razón?

Sigue mirando sin mirarme,

sin saber que la toco y la moldeo

mientras la miro mirando.

 

Quizás su mirada cambie

cuando me mire mirándola…