No hacerle mucho caso al corazón por el riesgo de quedar descorazonado.
Tu amor no debería depender de otra persona: si se lo entregas puede llevárselo si le da la gana.
¿Quién dice que el amor debe ser para siempre? Quizás hay muchas formas de amor, incluso el amor perecedero, efímero y volátil que sólo vive un poco, como el agua que bebes a sorbos de la cuenca de tus manos.
Si la exigencia de la fe es demasiado alta el pecado es inevitable.
La ira de quienes odian al mundo y quisieran verlo arder me toca a veces. Es como si, en algunos momentos, me convirtiera en blanco circunstancial de los iracundos sin sentido. Pero es una emoción efímera y sin asidero en mi alma. Tan sólo la veo pasar y nunca logra quedarse conmigo. No puedo conservarla. Vaya, ni siquiera se traduce en rencor en mí. Entonces, se la regreso a sus autores sin usarla.